lunes, 26 de enero de 2015

LA UNION DE LOS OPUESTOS

LA UNIÓN DE LOS OPUESTOS
COMPRENSIÓN
Por: Maurice Nicoll

COMPRENSIÓN

En los últimos comentarios sobre algunas de las ideas de Trabajo hemos hablado de las decisiones ordinarias que se toman sobre la base de si o de no.

A este respecto hemos adelantado la idea de la ley del péndulo.

El péndulo psicológico oscila de un lado al lado opuesto.

Mencione que el Sr. Ouspensky había dicho que somos conscientes en el sentido ordinario en las oscilaciones opuestas del péndulo psicológico.

No somos conscientes en las etapas intermedias.

Dijo que el péndulo tiene un movimiento más rápido en el punto medio y que con nuestros HIDRÓGENOS LENTOS que están subordinados al llamado estado de conciencia que en el Trabajo siempre se compara con un estado de sueño, no tenemos la rapidez de percepción interior ni el poder de registrar las octavas "más finas de significado, que pertenecen a la vecindad de las partes medias del péndulo.

Agregó que en todas las situaciones a que nos vemos enfrentados, en especial cuando nos identificamos con ellas, no captamos los más finos significados de dichas situaciones, y que si pudiéramos trabajar con la velocidad de la percepción emocional, esto es, con el Hidrógeno 24 —y aun más con el Hidrogeno 12— obtendríamos una gran riqueza de nuevos significados y nuevas percepciones interiores.

Veríamos diferencias mucho más finas, soluciones muy diferentes para los problemas con los cuales nos vemos enfrentados y podríamos darnos cuenta de la inmensa distancia de significado que hay en realidad entre las cosas que por lo general contemplamos como un todo continuo.

Pero tal como somos, nuestra vida psicológica, nuestra invisible vida interior, está controlada generalmente por el Hidrógeno 48 y está situada particularmente en la parte formatoria del centro intelectual que trabaja con este lento hidrógeno, con este pesado combustible.

Como es sabido, el Trabajo enseña que en la parte formatoria, nuestro pensamiento, nuestra completa perspectiva mental, es sólo capaz de expresarse en termino de si o de no.

Enseña que, en contraste, los centros superiores trabajan en términos de si y de no.

Esto significa que nuestro pensamiento ordinario en el que tanto confiamos y al que tanto seguimos no es el pensamiento real.

Solo trabaja excluyendo un lado y afirmando el lado opuesto, o viceversa.

Por esta razón, todo el mundo de los hombres, de las clases y naciones, está dividido en campos opuestos, las gentes de un lado o del otro lado.

Así nos atormentamos a todo lo largo del día con preguntas de este tenor: "¿Cree o no en esto?" "¿Le gusta o no esto?"

¿Es usted así o no es así?"

En el Trabajo hay una frase de la que se abuso en la práctica y que dice que la parte formatoria de la mente es la "Tercera Fuerza Ciega".

Esto significa que hay siempre un balanceo entre los opuestos —este si o no— y que existe una fuerza neutralizante —ni si ni no— una fuerza armonizante que une a los opuestos en una combinación, una fuerza que no podemos comprender comúnmente.
                                                            
Esta unión de los opuestos, esta fuerza reconciliante, esta tercera fuerza, conecta a los dos opuestos y es empero diferente de cada uno de ellos.

Recordemos una de las definiciones de la tercera fuerza que esta entre los dos opuestos y las fuerzas mutuamente destructoras llamadas fuerzas activa y fuerza pasiva.

Esta definida como una fuerza relacionante.

Es una fuerza que participa de los lados opuestos de cualquier cuestión, y los pone en una nueva relación, en una síntesis, sin ser sin embargo ninguna de las dos.

La llame en el último comentario "X", es decir, algo que nos es desconocido mientras estemos en este nivel de comprensión.

Les pregunté si no se sentían cansados, después de haber pasado largo tiempo en el Trabajo y haber seguido la senda de la observación de si, de tomar súbitas decisiones que son en la práctica superadas por un resultado opuesto de lo que se esperaba.

Nos proponemos algo en una de las oscilaciones del péndulo y no podemos cumplirlo o nos sorprende ADVERTIR cómo da origen al lado opuesto.

Naturalmente, porque un propósito que se hace desde un lado de la oscilación del péndulo fue hecho sin calcular la segunda fuerza, la fuerza de resistencia que se le opone.

Sin embargo, al principio es preciso hacerse un propósito de esta clase porque nos damos cuenta de que NO PODEMOS HACER en el sentido ordinario de la palabra.

Esto nos hace conocer gradualmente la idea de lo que significa no poder hacer en su sentido más lato, a saber, que debemos ayudarnos.

Ahora bien, siempre recibimos ayuda de los centros superiores que están plenamente desarrollados y siempre están trabajando en nosotros, siempre nos están hablando, de hecho, siempre nos están diciendo lo que debemos hacer y creo que aquí no exagero.

Pero no podemos comprender este lenguaje, esta ayuda porque está en términos de si y no, en términos de esa "X", de esta solución media.

Nuestra parte formatoria, en especial, no puede oír los mensajes de los centros superiores porque está siempre dividiendo todos en dos afirmaciones contradictorias, en si o no, en dos opuestos, que al parecer son irreconciliables.

Pero hay un punto en la oscilación del péndulo, aunque en ese lugar tenga la mayor velocidad, un punto justo en medio de los dos lados de esta oscilación, en el cual penetran significados completamente nuevos.

Si bien no estamos internamente suficientemente despiertos, suficientemente alertas para oír, para comprender, para captar y registrar lo que sucede en ese punto, cabe la posibilidad de NO ACEPTAR LAS SOLUCIONES que surgen cuando estamos en un extremo o en el otro de la oscilación.

Quiero decir, desconfiamos del ordenamiento de pensamientos y sentimientos pertenecientes a esas oscilaciones extremas, a esos opuestos, en los cuales por lo general somos conscientes en el común segundo estado de conciencia.

Y nos disgusta esta división vulgar, este lenguaje vulgar, estas soluciones vulgares, de hecho, estas violentas soluciones para resolver nuestros problemas.

Nos damos cuenta que son inútiles y que es necesario un reordenamiento mucho más pronunciado.

Ahora bien, si toman a una persona ordinaria que es muy porfiada estarán de acuerdo conmigo que siempre se inclinará hacia un lado o hacia el otro en todas sus opiniones.

Hace muchos años, hablando de la unión de los opuestos, el Sr. Ouspensky dijo que debemos aprender a discutir desde puntos de vista opuestos.

Un hombre porfiado —y desde luego ese hombre es nosotros mismos— suele decir: "Siempre creo, siempre digo..." y así sucesivamente.

Ahora bien, si su estado interior psicológico descansa sobre una base de esta clase no podemos hacer este Trabajo.

El fundamento psicológico es completamente equivocado.

Nos forjamos imágenes de nosotros mismos.
                      
Se conoce muy bien a una mujer, a un hombre, con vigorosas imágenes de si mismo, después de conversar con él un rato.

Tienen cierta idea de si mismos, franca o encubierta.

Tienen ciertas opiniones.

Sostienen tal o cual opinión, pero no se dan cuenta de ello necesariamente.

Ahora bien, el objeto de este Trabajo en su lado práctico es dejar penetrar un rayo de luz en las tinieblas interiores de nosotros mismos, en ese lado no percibido.

La luz significa conciencia.

En nosotros tenemos un lado oscuro, un lado en la oscuridad que no vemos.

Por lo que respecta a las imágenes de nosotros mismos, ¿que resulta de la luz?

Resulta que es posible ver una parte de la oscuridad y llevarla a la conciencia.

Esto es una extensión de la conciencia, un acrecentamiento de conciencia.

Han oído decir a menudo que el Trabajo se propone acrecentar la conciencia, primero en nosotros mismos, luego en las otras gentes, porque este es el único orden posible.

Un hombre, por medio de la observación de si, acrecienta la conciencia de si mismo.

Ya no vive más en el jardín del frente, da la vuelta a su casa y así ejecuta un círculo.

Esta inclusión en la conciencia de lo que ignoramos, como en el caso de ver lo que somos en lugar de vivir en imágenes, en el "Yo" Imaginario, une a los opuestos.

El efecto que produce la luz al caer sobre las imágenes" de nosotros mismos es por lo tanto el de cambiar todo el sentimiento, toda la idea que tenemos de nosotros mismos.


Maurice Nicoll

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