LA TERCERA FUERZA EL
PÉNDULO
Por: Maurice Nicoll
El péndulo
NOTA SOBRE EL PENDULO Y
LA TERCERA FUERZA
Como es sabido, el
péndulo siempre oscila entre los opuestos, ya sea literalmente, como en los
eventos de la vida, tales como la guerra y la paz, o el verano y el invierno, o
psicológicamente, entre el amor y el odio, y así sucesivamente.
Gurdjeff dijo una vez
que el hombre carecía de tercera fuerza.
Quería decir ante todo que
el hombre, que es creado para llegar a ser un ser consciente, oscila entre los
opuestos en si mismo y es gobernado por la oscilación de los sucesos opuestos.
Por ejemplo, estalla la
guerra, y somos gobernados por ella.
El Sr. Ouspensky,
algunos años antes de esta guerra (la segunda), dijo que las gentes no
comprendían como eran gobernadas por los cambiantes eventos, y que se
imaginaban que eran siempre libres.
Decían, en tiempo de
paz, que en ninguna circunstancia irían otra vez a la guerra.
Además agregó,
"cuando una nueva guerra empieza siempre se justifican a si mismas y
explican por que deben hacer lo que hacen, esto es, que no pueden evitar
hacer".
Ahora bien, Gurdjeff, al
enseñar este trabajo, siempre subrayaba que aún no somos conscientes pero que
podemos serlo y fuimos hechos para serlo.
A veces lo explicaba diciendo
que el hombre no es consciente en la tercera fuerza.
Dijo en una oportunidad
que cada cual debe traer la tercera fuerza a su vida con el fin de
desarrollarse.
Según la definición del trabajo,
todas las manifestaciones son debidas a la acción de tres fuerzas llamadas
activa, pasiva y neutralizante.
La fuerza activa y la
fuerza pasiva son fuerzas opuestas y se anulan la una a la otra, tal como es
explicado científicamente en la primera ley de movimiento de Newton: a toda
fuerza se opone una fuerza igual u opuesta.
Esta ley, desde luego,
no es verídica tal como es expuesta, porque si las cosas fueran así nada podría
tener lugar.
Si Newton hubiera
agregado que a cada fuerza se opone eventualmente una fuerza igual, en el tiempo,
es probable que Einstein no hubiera tenido que producir la cuarta dimensión del
tiempo en el estudio de la física.
Empero la física de hoy
en día, aunque haya introducido este nuevo factor del tiempo, aún no ha llegado
a exponer la idea de que actúa en realidad una tercera fuerza entre los
opuestos del péndulo.
La tercera fuerza o
fuerza neutralizante es definida en el trabajo de muchas maneras.
Se dice, por ejemplo,
que es una fuerza unitaria, la fuerza que actúa ENTRE SI O NO, entre lo activo
o lo pasivo, Y LOGRA ALGO que no es ni una cosa ni la otra.
Es sabido que en las
estadísticas se tienen leyes de promedios.
Por ejemplo, un
porcentaje dado de personas muere siempre a los 50 años, o a los 60, y en esta
ley estadística, aplicada a los grandes números, se fundan todos los seguros.
Según la ley de
promedios se tienen tantas moléculas de gas que siguen un camino, otras tantas
que siguen otro camino, en un número de millones, y con el resultado obtenido
se pueden enunciar leyes sobre el comportamiento de los gases bajo condiciones
dadas de presión y temperaturas.
Pero dichas leyes se
basan en los grandes números, y por dicha razón se llaman leyes estadísticas.
Si se arroja una moneda
al aire un millón de -veces, se obtiene un promedio de cara y cruz que esta más
o menos en equilibrio.
La ciencia de las
estadísticas deriva en realidad de la idea de que en las cosas hay equilibrio,
esto es, se funda en la ley del péndulo.
Pero hay otra fuerza,
además de los opuestos, que obra en la vida, en nosotros mismos, y a través de
todo el universo.
Esta es la ley de las tres
fuerzas.
Les ruego que observen
cuidadosamente que aquí las leyes del promedio, las leyes estadísticas, se
fundan únicamente en la idea de que sólo obran dos fuerzas.
El trabajo dice que una
de las dos leyes fundamentales que no pueden reducirse a términos más sencillos
es la ley de tres fuerzas.
En todo obran tres
fuerzas.
En la diminuta
estructura del átomo se encuentran la fuerza activa y la fuerza pasiva, las
cargas positivas y negativas, y así sucesivamente; pero desde el punto de vista
del trabajo hay también una tercera fuerza, una fuerza organizadora, una fuerza
que crea y organiza las dos primitivas y caóticas fuerzas opuestas que por si
mismas nada pueden crear, ya que son antagónicas, y permanecen siempre en
lucha.
Ahora bien, haré algunos
comentarios sobre esta tercera fuerza, tan difícil de entender.
Para empezar, EL TRABAJO
MISMO ES UNA TERCERA FUERZA, pero solo cuando es reconocido y sentido.
Tiene el poder de hacer
pasiva a la personalidad activa y pasiva a la esencia activa, es decir, cambiar
el signo de estas dos partes de nuestro ser.
Este ejemplo nos hace
ver como una tercera fuerza puede alterar las relaciones de cosas fijas, del
mismo modo que los sucesos lo hacen en la vida, tal como la guerra.
Todo esta invertido.
En la vida los eventos
son la tercera fuerza, pero mantienen a la personalidad activa y a la esencia
pasiva.
El trabajo como serie
interna de acaeceres cambia ésta relación basada en la vida, nos altera
fundamentalmente a través de un nuevo espíritu y de una nueva visión.
Desde el punto de vista
del trabajo un hombre cuya mente y pensamiento se fundan totalmente sobre la
evidencia de sus sentidos tiene en el cerebro algo que anda mal.
El espíritu de vida, es
decir, la tercera fuerza de vida, es diferente del espíritu del trabajo.
Pero el espíritu de
vida, el principio organizador que hace uso de las irreconciliables fuerzas del
péndulo, activa y pasiva, positiva y negativa, construye la materia organizada,
ya sean los átomos, las moléculas o las células, y lo hace sobre una base que
no puede ser tomada en un sentido estadístico.
La célula,
especialmente, la célula embrionaria, es un ejemplo de ello, tal como lo señala
el físico Schroedinger en la obra que les aconseje leer.
Schroedinger está
dispuesto a admitir que en la vida hay otras leyes que aquellas que se deducen
del comportamiento promedio de millones de partículas ya sean átomos o seres
humanos.
En la mayoría de los
antiguos escritos esotéricos, que tratan de la organización del espíritu y
nunca de estadísticas; se dice a veces que el alma, esto es, el principio
organizador en un hombre, hablando psicológicamente, es casi devorada por la
materia en su descenso al cuerpo.
Los alquimistas esotéricos
—no los seudo-buscadores de oro— llamaban a esta fuerza organizadora,
encarcelada y oculta en nosotros, MERCURIO.
Decían que si se la
pudiera hallar (es decir, la tercera fuerza); el plomo podría ser transformado
en oro.
En el trabajo éste principio
organizador se llama a veces conciencia escondida o conciencia real, no es la
conciencia que adquirimos desde el exterior.
El poder organizador, ya
sea físico o psicológico, existe en todas las cosas.
Esta es la tercera
fuerza y trata de construir por sucesivas etapas de separación algo que es
diferente de aquello en lo que está alojada, de modo que en nuestro caso las
materias más finas son liberadas gradualmente de las materias más pesadas, más
caóticas, más desorganizadas.
La tercera fuerza es la
que trata de llevar a cabo la evolución de todas las cosas, para encontrar
nuevas y mejores combinaciones y relaciones entre la fuerza activa y la fuerza
pasiva que constituyen la materia.
El Espíritu organizador,
la tercera fuerza que está escondida en el caos material y siempre trabaja para
sacar de él algo nuevo y así liberarse, es la que se muestra habitualmente ante
nuestros ojos y que sin embargo no podemos percibir.
A una persona se le
pueden dar nuevas ideas, una nueva forma de tercera fuerza, como en el caso del
trabajo. ¿No recuerdan al hombre que escondió su talento en la tierra? el
espíritu del trabajo no es una cosa que se pueda tocar o manejar, ni tampoco
una forma cualquiera de espíritu.
¿Es una cosa visible el
compañerismo en un regimiento?
Es irreal e invisible.
Recuerden como en la parábola
de los talentos alguien obtuvo más del espíritu que se le dio.
Uno no tuvo nada.
Puso el espíritu que le
habían dado en la tierra:
"Porque el reino de
los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les
entregó sus bienes.
A uno dio cinco
talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y
luego se fue lejos.
Y él que había recibido
cinco talentos fue y negocio con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Asimismo el que había
recibido dos, ganó también otros dos.
Pero el que había
recibido uno fue y cavó en la Tierra, y escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo
vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
Y llegando el que había
recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco
talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre
ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegando también el que
había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí
tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
Su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor.
Pero llegando también el
que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro,
que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo,
y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo su señor,
le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que
recojo donde no esparcí.
Por tanto, debías haber
dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío
con los intereses.
Quitadle, pues, el
talento, y dalo al que tiene diez talentos.
Porque al que tiene, le
será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado.
Y al siervo inútil
echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de
dientes."
(Mateo XXV 14-30)
Maurice Nicoll

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