LA TERCERA
FUERZA
Por: Maurice
Nicoll
Hoy nos
referimos a la fuerza neutralizante del trabajo.
En uno de los diagramas
se dice que la parte del ser humano que puede crecer permanece inactiva
mientras la vida sea la fuerza neutralizante.
La vida como
principio neutralizante mantiene activa a la personalidad y pasiva a la
esencia.
Así mantiene
inactiva esa parte del ser capaz de crecimiento.
Entonces el
hombre está inacabado, incompleto, no es un ser real, por tener una parte exterior
desarrollada y la parte interior no desarrollada y muy a menudo en desacuerdo
con la parte exterior.
Por lo tanto
desde el punto de vista de esta enseñanza (y toda la enseñanza esotérica del
pasado) la vida no desarrolla al hombre internamente sino solo exteriormente en
apariencia —esto es, exotéricamente, que significa exteriormente, y no
esotéricamente, que significa interiormente.
Para
desarrollarse internamente el ser humano debe recibir un conocimiento especial
que sólo concierne indirectamente a la vida y sus asuntos —cómo realizarse,
cómo tener éxito, etc.—.
Este
conocimiento le enseña lo que es y lo que puede llegar a ser internamente y le
muestra cómo, esotéricamente —esto es, internamente, no es nada tal como es
ahora, y que si ciertos temores exteriores y restricciones que existen en la
vida y actúan como ligaduras, fueran eliminados, no tiene ataduras internas que
lo mantengan integrado, y los deseos se desatarían y se disolvería,
desaparecería, hasta dejaría de parecerse exteriormente a un hombre.
En este caso,
cada influencia superior que llegue a él, al no tener ningún plano interior
sobre el cual actuar, lo atravesará directamente y lo hará descender a una
forma cualquiera de inhumanidad.
Esta es la
situación —a saber, las ataduras exteriores
mantienen al hombre integrado—.
Pero, como
enseña el trabajo, al actuar contra las fuerzas de la barbarie, que rodean
todas las culturas y tratan de engullirla, las fuerzas del hombre consciente
actúan sobre la tierra, por cuyo medio las culturas son establecidas, y
resisten por un tiempo esta inevitable usurpación.
Cada
manifestación de cultura dura solo un tiempo y pertenece a las influencias
superiores que llegan a la humanidad y se oponen a las influencias inferiores
de la barbarie.
Estas fuerzas
pertenecen a la fuerza neutralizante o tercera fuerza a que se refiere el
trabajo en relación con hacer que la personalidad sea pasiva para que de ese
modo pueda desarrollarse la esencia.
Una vez que la
humanidad en general tenga una esencia desarrollada las fuerzas de la barbarie
cesarían de actuar sobre la tierra entre los hombres y todo aquello por lo cual
se discute y se lucha dejaría de existir.
Esto es, la
guerra cesaría, porque esas influencias extraterrestres que causan la guerra
actuarían sobre una esencia desarrollada de una manera muy diferente que sobre
una esencia no desarrollada y serían recibidas por el plano interior del
hombre.
Ahora bien,
¿qué significa todo esto?
Significa, para
empezar, que no podemos hacer este trabajo y lograr resultados a menos de tener
una base.
A no ser que
haya una base mayor que uno mismo, no se puede sentir el trabajo, y asi no
puede caer sobre el lugar correcto, las partes correctas de los centros, dentro
de nosotros, lo cual es solo posible mediante una justa valoración.
No es una
cuestión moral, sino una cuestión inteligente, practica.
Por ejemplo, si
trato de encender la luz en un lugar donde no hay interruptor, no podre
encender la luz.
Estoy en un
lugar equivocado —aquí quiero decir, en mi propia casa, en la casa de mi mismo—
y no hablo de la luz exterior, física, sino de la luz de la comprensión, que es
una luz interior.
Todos los
grandes diagramas del trabajo, empezando con el rayo de creación, con sus
inagotables significados, fueron hechos para darnos una base y así abrir las
partes no usadas de los centros.
Una gran base
confiere gran fuerza y gran comprensión. Está más allá de nuestros pequeños “sies”o
“Yoes”.
El Trabajo nos
da ésta escala en lo referente a esta cuestión:
Mente Superior
Mente
Psicológica
Mente Lógica
Mente Alogica
El señor
Ouspensky dijo que a menos que un hombre se de cuenta que la mente superior debe
necesariamente existir, no puede llegar a la comprensión psicológica.
La mente lógica
puede explicar todo en función de si misma, empezando desde el mundo observable
de la materia.
Pero carece de
una gran base y así mantiene a un hombre donde esta.
Solo el
sentimiento de una base mayor puede cambiar a un hombre, porque abre en el la mente
superior.
Cuando un
hombre empieza a darse cuenta que la vida no puede ser explicada en función de
si misma y si se la toma así carece de significado y se convierte en una
tortura para su razón, entonces la salvación radica únicamente en llegar a otra
y más profunda interpretación de la vida —a saber, que hay algo sobre y por
encima de la vida visible— otro significado de toda la cuestión.
Esto es
exactamente lo que enseña el trabajo.
La vida en
función del gran rayo para el hombre sobre la tierra, como parte de la maquina
amplificadora insertada en llamada vida orgánica, carece de significado.
Es ahechaduras.
Su verdadero significado solo deriva de la octava lateral del sol, a la cual
nos hemos referido recientemente en conexión con el hombre que sirve a la naturaleza
o el hombre que sirve al trabajo.
Aquí, en el
trabajo, un hombre, una mujer, hallan gradualmente su verdadera significación
—esto es, a condición que tengan algo en ellos que responda a la enseñanza
esotérica o que hayan llegado al fin de la vida y tengan la certeza de que hay
otra cosa.
Tal hombre o
mujer pertenece a la categoría del Buen
Amo de Casa tal como es definido por el Trabajo —a saber, alguien que ha
cumplido con todos sus deberes y es responsable y sigue siéndolo, pero que no cree en la vida.
Este es el
punto de partida.
En tal caso el
hombre, la mujer, contemplan la vida diferentemente.
La vida deja de
ser un fin en si misma.
La vida y su
situación se convierten en un medio para trabajar.
Entonces cada
experiencia es tomada como una experiencia en si misma —una experiencia en no
identificarse, por ejemplo— y no se buscan resultados en la vida.
Todo el punto
de vista se modifica.
Este es el
comienzo de la Mente Psicológica.
Luego ese
hombre, esa mujer, ya no son mas controlados por la tercera fuerza de vida —la
fuerza neutralizante de vida— sino por la fuerza neutralizante del trabajo,
esta otra tercera fuerza que puede cambiar el equilibrio interior de modo que
la personalidad ya no sea más activa y la esencia pasiva, sino que la esencia
llegue a ser gradualmente activa y crezca, y la personalidad llegue a ser
pasiva y disminuya gradualmente.
Tal persona ya
no es más una persona mecánica trabajada por la vida.
Abandona el
círculo mecánico de la Humanidad.
Llega a ser más
equilibrada por el obrar mismo sobre ella de la comprensión psicológica.
Ya no es más
violentamente parcial, porque, gracias a la comprensión psicológica, ve al
mismo tiempo los dos lados de una cuestión.
Así sus juicios
cambian —primero, su manera de juzgarse a si misma— porque el juicio de si
mecánico hace que sea desequilibrada, debido a lo cual la observación imparcial
es tan necesaria.
Entonces
comprende a los otros y no los juzga — ilimitada libertad—.
Tales personas
pasan ahora de la comprensión lógica, que divide todo en "si" o en
"no", al juicio.
Sus dos
mitades, la oscura y la clara, se entremezclan.
Comprenden una
observación del trabajo en su justo valor y en escala correcta.
Se dan cuenta
que en ellos hay una escala (les pertenece desde el nacimiento).
Brilla en sus
mentes otra luz de comprensión y suscita en las cosas una armonía imposible
para la mente lógica —esto es, la mente formatoria, la que no puede, por su
función y estructura, que es dividir todo en "si" y "no", poseer
la tercera armoniosa fuerza de unión del trabajo.
Recuerden que
el trabajo dice que el centro formatorio es la tercera fuerza ciega.
Quiere decir la
fuerza-trabajo —la tercera fuerza del trabajo—.
Ahora bien,
cuando el gran significado de la enseñanza esotérica penetra en la mente,
cambia de posición todas las cosas que están en ella y las dispone en su orden
correcto.
Da nacimiento a
μετάνοια o metanoia, al cambio mental, a la
comprensión psicológica.
Maurice Nicoll

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