domingo, 25 de enero de 2015

LA SEGUNDA FUERZA EN UNO MISMO

LA SEGUNDA FUERZA EN UNO MISMO
POR: Maurice Nicoll

Recientemente se hicieron algunas preguntas sobre el significado de la segunda fuerza en uno mismo.

Me preguntaba si los siguientes ejemplos podrían describir triadas si fuéramos más conscientes en las tres fuerzas:

Esperamos que las cosas salgan bien = primera fuerza.

No salen bien, nos resistimos, y no lo aceptamos = segunda fuerza.

PODRÍAMOS VER A QUÉ SE ASEMEJA REALMENTE LA VIDA………

Podríamos ver a qué se asemeja realmente la vida, hacer uso de los eventos como de un terreno de trabajo y hacer de la "vida nuestra maestra" = tercera fuerza.

O por otra parte, la idea de una persona tal como se desea que fuera = primera fuerza.

Sus acciones y nuestra aversión por ellas = segunda fuerza.

Podríamos permitir que fuera ella misma y ver la relación desde el punto de vista del trabajo = tercera fuerza.

Creo que esta clase de segunda fuerza adopta muchas formas tales como compasión de si, antipatía, irritación, etc., y todas surgen de la misma actitud".

Comentando las antedichas observaciones, diría que estos son ejemplos de cambiar la segunda fuerza por la fuerza de las ideas del trabajo —por una conciencia acrecentada.

LA TERCERA FUERZA DEL TRABAJO………

La tercera fuerza del trabajo difiere de la vida y altera las triadas de vida.

Al traer conscientemente el trabajo a esta situación cambia al mismo tiempo la primera y la segunda fuerza, a saber, por medio de la observación comprendemos que usted espera que la vida le sea conveniente y la ve como un hábito mecánico y también ve a qué se asemeja la vida.

Aquí el trabajo esta obrando sobre usted.

De otro modo sería probablemente desdichado porque las cosas son como son, y no tiene nada proveniente del trabajo en su manera de tomar las cosas.

Esto es, reacciona mecánicamente y no concibe que se pueda reaccionar diferentemente.

No entiende ni se da cuenta de qué trata el trabajo a saber, el cambio de uno mismo.

Expliquemos qué es la segunda fuerza en uno mismo.

Es diferente, por supuesto, de la segunda fuerza en la vida externa.

Para una persona que está en la cárcel, que solo desea huir, los barrotes y carceleros son la segunda fuerza que se opone a su deseo.

Pero si pudiera escapar y temiera correr ese riesgo, la segunda fuerza estará conectada también con su temor, y por eso estará en ella, no fuera de ella.

La segunda fuerza depende de la primera fuerza.

La gente quiere ser feliz.

Tenemos muchas cosas en nosotros que nos hacen desdichados.

La segunda fuerza esta entonces en nosotros.

No obstante, solemos ignorarlo a todo lo largo de nuestra vida y atribuimos todo a la casualidad y las circunstancias.

Entonces no se ve nada sobre lo cuál trabajar.

Este es un estado ingenuo — un estado muy común.

Dije que la naturaleza de la segunda fuerza depende de la primera. (Hablaremos sobre todo de estas dos fuerzas.)

¿Por qué la segunda fuerza depende de la primera fuerza?

La gente suele creer que la segunda fuerza es una cosa definida que no sufre cambio alguno, como un trozo de algo—

Por el contrario, la segunda fuerza está cambiando continuamente y pasando por diferentes cosas y, sin embargo, es siempre la segunda fuerza.

¿Que significa esto?

Por definición todo puede conducir la primera, la segunda o la tercera fuerza.

Cuando una cosa conduce la segunda fuerza es llamada oxígeno; la que conduce la primera fuerza es llamada carbono.

CODICIA………

Cuando se mira algo con CODICIA, esto conduce para uno mismo la primera fuerza.

Para otra persona que lo ve como un obstáculo, conduce la segunda fuerza.

Estas tres fuerzas desempeñan siempre un papel en todo, cambiando los lugares, alterando el valor de las cosas, ahora, en la vida cotidiana, y en escala mayor, en diferentes etapas de nuestra vida.

Imaginemos que las tres fuerzas son rayos de luz de color rojo, amarillo y azul: entonces el lugar donde cae el rayo rojo es la primera fuerza, donde cae el rayo amarillo es la segunda fuerza, y así sucesivamente.

Pero los rayos pueden cambiar de posición y lo hacen constantemente, de modo que lo que atrae se invierte, y viceversa.

No es ni la cosa ni el evento sino la fuerza que estos conducen lo que tiene importancia para una persona.

El amor nos hace ver una cosa de un modo: el odio nos las hace ver de otro modo.

Es la misma cosa, pero conduce diferentes fuerzas en diferentes tiempos.

Esto, como lo habrán advertido, es desconcertante y molesta mucho mientras se viva únicamente bajo la ley del péndulo.

Al cabo de un tiempo la posición de la conciencia es trasvasada más hacia el centro y uno no se identifica tanto con los extremos.

Esto significa llegar a ser consciente en una fuerza.

En realidad no sabemos lo que queremos — esto es, no somos conscientes de la primera fuerza en nosotros.

Sin embargo está obrando en nosotros y creando su propia segunda fuerza en todo momento, aunque no veamos aquello que lo esta haciendo.

Como hemos dicho, la naturaleza de la segunda fuerza depende de la primera fuerza.

Si tomamos lo que queremos —el deseo, las ganas, las expectativas, las esperanzas— como si fueran la primera fuerza, entonces, sea cual fuere la naturaleza de nuestro deseo, hará surgir una especifica y definida segunda fuerza que se opone al deseo.

A veces la segunda fuerza aparece en seguida, a veces aparece al cabo de un rato.

Aparece necesariamente, pero no necesariamente en la forma que podríamos predecir —esto es, no vemos conexión alguna.

De hecho, la segunda fuerza suele aparecer sin que comprendamos por que surgió.

El conocimiento de sí nos hace ver mejor.

Ya que cada vez que surge la primera fuerza está en relación con la segunda fuerza, no podemos estudiar la segunda fuerza en nosotros a menos de ser más conscientes de la primera fuerza, la que, como se dijo, puede estar obrando en todo momento sin que la veamos.

El deseo siempre espera ser diferente, es una especie de primera fuerza continua, vaga, convoca una segunda fuerza vaga, continua, que aparece como algo perteneciente a las circunstancias exteriores.

LA SEGUNDA FUERZA ESTÁ EN NOSOTROS MISMOS………

Pero la segunda fuerza no está en las circunstancias exteriores sino en nosotros mismos.

Les parecerá difícil de creer, pero cuando se carece de conocimiento de si, todo se produce al parecer por culpa de algo exterior.

Nuestros sentidos están volcados hacia el exterior.

No nos observamos a nosotros mismos.

Estas son ideas fundamentales y son constantemente repetidas por la gente.

Recientemente, en una conversación que versaba sobre la segunda fuerza, alguien preguntó por qué las cosas exteriores siempre parecían impedirnos obtener lo que deseábamos.

Esa persona quería decir en realidad que era difícil ver cómo la segunda fuerza, que estaba en nosotros, nos impedía obtener lo que deseábamos.

Otra persona dijo que había observado que cuando las cosas exteriores andaban bien tenía aún un sentimiento de insatisfacción que mostraba que la segunda fuerza estaba realmente en nosotros.

Esta es una buena observación.

¿Dónde esta la segunda fuerza en mí mismo?

No veo que soy estúpido, ignorante, perezoso, egoísta, mezquino, tacaño; no veo mi superficialidad, que soy mala lengua, mentiroso, incapaz y difícil.

Todo esto es la segunda fuerza en mí.

Ouspensky, una vez, cuando hablaba sobre la segunda fuerza en nosotros mismos, dijo que la ignorancia era una de sus formas más comunes.

La gente PRETENDE siempre que conoce todo.

Contestan como si conocieran todo cuando en realidad no conocen nada y esto aumenta su ignorancia.

En realidad, pensar que se es ignorante respecto de una cosa es muy diferente de PRETENDER que se la conoce y quedar desconcertado si se le pregunta acerca de ella.

CREAR EL DESEO DE CONOCERLA………

Si se llega a tener conciencia de la propia ignorancia en lo concerniente a alguna cosa, ello puede crear el deseo de conocerla.

La situación es entonces muy diferente.

IGNORANCIA AUTO-RECONOCIDA Y DESEO DE CAMBIAR………

Donde antes había FINGIMIENTO e ignorancia dormida hay ahora ignorancia auto-reconocida y deseo de cambiar.

Ahora bien, todas las formas de fingimiento constituyen una primera fuerza que inevitablemente hace surgir ciertas formas de la segunda fuerza.

El trabajo dice que uno de los mayores males es FINGIR.

Surge un cambio en la conciencia a través de la observación de si, y el sentimiento de uno mismo cambia, y con ello hay cada vez MENOS FINGIMIENTO y cada vez MÁS COMPRENSIÓN DE LO QUE EXISTE EN UNO MISMO Y DE CUAL ES EL ESTADO DEL PROPIO SER.

Todo esto cambia la primera y la segunda fuerza en nosotros.

Pero este cambio se efectúa por medio de la orientación del trabajo.

¿Qué es la segunda fuerza en nosotros en relación con el deseo del recuerdo de si, con el deseo de despertar?

Se ve al punto que el trabajo nos dice que son las fuerzas que impiden el despertar en nosotros.

Todo el trabajo puede ser comprendido a esa luz.

Si estoy muy identificado con UNA AMBICIÓN DE VIDA esta será la segunda fuerza en mí en cuanto al trabajo.

Me hará caer en el sueño.

Ahora bien, supongamos que podríamos hacer todo desde el trabajo.

Nada cambiaría quizás en lo que hiciéramos, pero la relación interior cambiaría.

A este respecto es muy interesante estudiar la naturaleza de la segunda fuerza en nosotros mismos en relación con las tres líneas del trabajo.

Muchas veces se ve por medio de la observación de si que en uno mismo hay un 'yo' que se opone a otro 'yo', o un grupo de 'yoes' que se opone a otro grupo de 'yoes'.

Cuando la fuerza que se opone llega a ser predominante se convierte en primera fuerza.

Por ejemplo, algunos 'yoes' suelen hablar equivocadamente y otros 'yoes' se dan cuenta de que esa charla equivocada se detendría si fuéramos capaces de recordarnos a nosotros mismos.

¿Qué grupo de 'yoes' se convertirá en primera fuerza?

Hace algún tiempo les aconseje que tuvieran mucho cuidado al levantarse por la mañana y que trabajaran cuidadosamente sobre si y, de hecho, antes de levantarse.

Toda clase de 'yoes' desagradables suelen charlar de sus molestias y tener puntos de vista sobre el día y si los escucha absorberá impresiones negativas y de éste modo empezará el día con su buena ración de veneno.

Recuerde que no debe tornar las cosas como lo hace y que esto se aplica tanto a la vida interior como a su conducta en la vida exterior.

Si dejan penetrar innumerables impresiones negativas de sus propios pensamientos y memorias aumentarán la segunda fuerza en ustedes mismos en conexión con la primera fuerza que trata de despertar y vivir en la vida del trabajo hasta cierto punto durante el día.

Se pueden llevar dos vidas.

Al cabo de un tiempo se conoce lo que significa la otra vida que se puede llevar en sí y que el trabajo puede formar en usted, y la puede distinguir de la vida de los asuntos ordinarios cotidianos.

Eventualmente se llega a vivir en las dos vidas.

Gradualmente dejan de oponerse la una a la otra.

Lo repito: para ver la segunda fuerza en nosotros es preciso llegar a ser consciente de la primera fuerza.

Recuerdo que alguien, hace muchos años me habló de un sueño que se repelía. ‘‘Soñaba", me dijo esa persona, "que estaba sentada en un alto trono.

Al parecer una inmensa multitud me rodeaba con la cabeza inclinada.

De pronto el trono cede y siento que me estoy cayendo y me despierto asustado".

Aquí se ven, por así decirlo, tanto la primera fuerza corno la segunda obrando sobre dicha persona.

Esa persona tenía un orgullo intratable, pero no tenía conciencia de ella.

Esta, según mi parecer, es una pésima disposición de fuerzas en uno mismo que, probablemente, hará que la vida sea difícil y desagradable.

Puesto que las tres fuerzas existen en nosotros como en todo el universo, no es de sorprender que en nosotros exista un freno que, por ejemplo; impide que nos demos cuenta de la idea contenida en un sueño como el que hemos citado antes.

A este respecto recordaran quizás un tipo similar de sueño en el antiguo testamento, donde se describe a una persona de superlativa ambición y vanidad.

Este es el sueño que Nabucodonosor refirió al profeta Daniel, dijo:

"Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande.
Crecía este árbol, y se hacia fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra. Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en el alimento para todos.

Debajo de el se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de el toda carne".

El rey sigue refiriendo como en su sueño un "vigilante y santo descendía del cielo" y ordenaba que se derribase el árbol, y que se dejase la cepa de sus raíces en la tierra, diciendo "sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra".

Era menester hacerlo para que "conozcamos los vivientes que el altísimo gobierna el reino de los hombres".

Daniel interpretó el sueño como una señal de que la arrogante ambición del rey, que ya alcanzaba al cielo y a los confines de la tierra, iba a ser derribada para que reconociera que Dios podía dar todo el poder sobre la tierra a quien quería.

Lo que deseo señalar es que si la primera fuerza es equivocada, todo el estado interior puede volverse ineficaz y hasta peligroso —esto es, las relaciones consigo mismo muy malas—.

Por eso es preciso examinar y observar la primera fuerza, y luego llegar a ser gradualmente consciente de ella.

¿Qué desean?

Consideren sobre este particular las ideas contenidas en el sermón de la montaña y las ideas de la oración del señor.

Maurice Nicoll





                        

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